La muerte este martes del Mono Jojoy, indudablemente es una noticia grata para todos los colombianos.
Con él desaparece el terror que durante décadas sembró en el pais, amedrantando cada vez que quería a quienes siendo sus rehenes en las selvas de Colombia, les denominaba "esclavos", y como tal los trataba en los "campos de concentración" que el había dispuesto.
Ese odio irracional hacia la clase politica y social, lo hizo formarse al lado de "Tirofijo" albergando de primera mano el resentimiento que lo acompañó hasta el último momento. Hoy cuando el pais respira un nuevo aire de tranquilidad, tambien se debate sobre la reacciòn que las FARC empleen luego de éste certero golpe a la columna vertebral del grupo armado y al mismo tiempo los efectos colaterales que traeràn respecto de sus simpatizantes.
Es posible que se resguarden para tomar nuevos brios, o por el contrario respondan militarmente con lo poco que les queda.
En cualquiera de los dos casos, los colombianos debemos estar atentos y dejar el triunfalismo a un lado,centràndonos en la reacción que indefectiblemente este hecho va a generar.
Las Fuerzas Armadas trabajando conjuntamente con el gobierno estarán prestos a concluir el propósito que compromete a más de cuarenta y cinco millones de habitantes que desean, necesitan y han trabajado por la paz duradera en Colombia.
