Lo del rescate de los 33 mineros en Chile ha de registrarse como uno de los acontecimientos más aleccionadores del 2010.
Fue una situación que dejó demostrado que, a pesar de todo lo contrario que podamos observar, la sensibilidad humana es un valor a tomar en cuenta; dejó demostrado que el sentido de solidaridad entre los hombes y mujeres del mundo, y de comunidades específicas, prealece y se impone ante circunstancias adversas.
Dejó demostrado que hay países en los que sus presidentes y demás autoridades se preocupan por sus ciudadanos y que éstos se sienten orgullosos y satisfechos por el comportamiento de aquellos. El presidente Sebatián Piñera estuvo ahí, "al pie del cañón", para esperar y abrazar al último de los mineros izados, Luis Urzúa, la noche de este miércoles.
El rescate de cada uno de los 33 mineros atrapados durante más de dos meses (70 días) en la mina de San José, cuando subían a la superficie en la cápsula que se habilitó para tal fin, llegó a generar momentos estremecedores, no sólo para los chilenos, sino para todo el mundo, que observaba embelesado y emocionalmente regocijado, la exitosa operación.
Las imágenes con el reencuentro de los rescatados con su gente, los abrazos, besos, manifestaciones de regocijos, agradecimientos y reconocimientos, emocionaron a los espectadores de diferentes partes del planeta que le dieron seguimiento al suceso, a tal punto que fueron muchos los que no pudieron, aún a grandes distancias, contener las lágrimas.
Fue un gran ejemplo de amor al prójimo, solidaridad, valor, esperanza, optimismo y perseverancia el que dio Chile al mundo con sus mineros... ¡Todos celebramos tan exitosa operación...!
