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sábado, 19 de febrero de 2011

Muy cerca el fín de los dictadores

Creo, sin temor a equivocarme, que se ha probado que la libertad debemos conquistarla día a día. En realidad, es un derecho que corresponde defenderlo a capa y espada.… Eso es lo que acaba de sentir en carne propia el pueblo egipcio, que durante treinta años, ha permanecido bajo la férula oprobiosa de la dictadura de Hosni MubaraK.


El pueblo egipcio ha dado una lección al mundo en defensa de la libertad y los derechos humanos, que tanto se los proclama, pero que se los vulnera en forma reiterada. MubaraK ha permanecido por decenios en el poder respaldado por oligarquías poderosas que han hecho de la sangre, el sudor y las lágrimas de su pueblo el escarnio, la mofa, la burla, de sus inconfesables apetitos. Pero lo que si llama la atención al mundo que un déspota de esta calaña, durante su gobierno, lo único que le ha preocupado es hacer una fortuna, cuyas cifras escandalizan cuando se dice que pasan de los setenta mil millones de dólares, en uno de los cálculos más conservadores. Esa la fuerza, ese el poder que les ha permitido, mediante políticas clientelares, permanecer en el gobierno... Lo extraño, que poco o nada se puede hacer por controlar cómo se amasan esas fortunas, que dejan desconcertados al común de los mortales, mientras buena parte de las personas tiene que sostenerse con un dólar diariamente y aquello merced a la caridad, a veces, bondadosa del prójimo. Estas desigualdades temerarias es lo que provoca el caos, la crisis, la inseguridad, el descontento del ciudadano corriente… Ese desequilibrio social es lo que está haciendo perder la fe en los valores supremos del espíritu… Pero toda esa maraña monstruosa que se mantiene en el mundo está guardada en bancos internacionales donde se mantiene en absoluta reserva estos cuantiosos capitales, que mediante hilos secretos, maneja la política internacional que impone condiciones, dicta leyes y hace de los hombres los nuevos esclavos de un mundo globalizado… La satisfacción del pueblo egipcio, es inapreciable, al saber que se ha acabado con el sátrapa de turno, entorchado en dólares, dueño de palacios en diferentes países extranjeros, para vivir como un jeque oriental, una especie de Berlusconi italiano, en donde su vida se ha reducido a vivir en el lujo, el vino y la molicie más desenfrenados. Este mundo que tenemos la impresión que está podrido en sus raíces y que sentimos la necesidad de insuflarlo, para vivir una vida más digna, más libre, más humana; un mundo donde la vileza todo lo ha dañado, todo lo ha corrompido y tan sólo se escucha el tintineo metálico… Esa nuestra satisfacción cuando hemos podido ver y escuchar en la pantalla chica el alborozo, la felicidad, la alegría desbordante de una nación, cuando el tirano, el mandamás, el déspota, abandona el poder, cuando el ciudadano, en caudaloso torrente recorre las calles, es cuando surge airoso el principio inmutable de libertad que justifica la existencia de los pueblos. Por su parte, las FF. AA, de ese país, conscientes de su deber, garantizan el retorno al orden democrático y constitucional…

Sea el momento de  formular nuestros votos porque ese paso victorioso del pueblo egipcio sirva para mantener fresco y lozano el ideal de libertad, en un mundo de caos e incertidumbre en donde no faltan los dictadorzuelos y dictócratas de opereta…