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sábado, 25 de junio de 2011

Hora de cambiar el sistema político


Mientras las clases medias y populares del país no se revistan de un patriotismo puro y desinteresado las clases tradicionales y privilegiadas seguirán manejando el destino de la nación para bien de sus intereses. La matemática electoral nos ha venido diciendo que las clases medias y populares del país conforman la mayoría de la población electoral. Por ello, es tiempo ya de que del seno de sus sectores vayan preparando elementos de un reconocido carisma con vocación de líderes políticos a fin de ir cambiando el tradicionalismo político mediante nuevos nombres y apellidos.
La historia política nacional nos ha venido diciendo a través de los años que el destino de la nación está en manos de los sectores sociales, políticos y económicos, siendo la patria la que menos beneficios ha recibido de esos sectores de la sociedad. Esos gremios han manejado el mecanismo político, social y económico discriminando al resto de la sociedad, a tal grado de crear una enorme brecha entre ricos y pobres. Dentro de la evolución política del mundo hemos venido observando los cambios en las políticas tradicionales de los pueblos referente a las clases privilegiadas, medias y populares por no estar dando respuestas positivas a la sociedad, es decir, los pueblos mediante los torneos electorales han venido exigiendo cambios sociales dentro de los sistemas políticos obsoletos, igual que en el tradicionalismo político y la discriminación dentro de las burocracias políticas, sociales y estatales. Esos sectores se han dado a la tarea desde que nació la república en la creación de un imperio social, político y económico siendo ellos los que manejan el destino de la nación, financian las campañas electorales postulando a las fichas que a ellos les conviene para sus intereses, manejan el mecanismo político sin respetar el derecho de los electores y otros detalles que pugnan con los principios democráticos y los derechos humanos.
Estamos convencidos de que dentro de esos sectores de clase media y popular están concentrados la mayoría de sus electores con un enorme caudal humano, profesional, moral, intelectual y patriótico que pueden ser de mucha utilidad para la patria y la sociedad, siempre y cuando mantengan su propio carácter y su dignidad personal, las cualidades más preciadas de todo ser humano. Sin embargo, en esta apremiante necesidad social, política y patriótica hemos observado con gran pesar a elementos bien preparados profesionalmente inmaculados en su conducta, claudicar y convertirse en instrumentos de los sectores tradicionales a cambio de conveniencias y promesas burocráticas sin llevar en cuenta que sus determinaciones y conductas les destruye su propio futuro político. La última esperanza de la patria descansa sobre esos sectores de clase media y popular, que siendo ellos la reserva moral de la nación y contar con ese enorme caudal humano pudieran ser la salvación de la patria en el futuro. Para esa necesidad sociopolítica se necesita escoger de sus entrañas las mejores figuras intelectuales, morales y políticas para hacerle frente con éxito a la frustración que siente el pueblo hacia los políticos tradicionales y demagogos.
Ojalá este oportuno llamado que hace la sociedad sea acogido con gran interés patriótico, obviando así el concepto nacional de que los políticos colombianoss solo quieren a la patria para servirse de su economía y de su patrimonio natural y material como hacen las sanguijuelas con sus presas.