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martes, 29 de enero de 2013

Sufren discriminación en Colombia personas con parálisis cerebral


La discriminación hacia la población discapacitada siempre está presente en Colombia, sin embargo, desde la misma sociedad brota la solidaridad de familia y de amigos cercanos, la cual es vital para el proceso de rehabilitación.
‘Siempre ha existido discriminación’, es la frase tajante de Clara Gómez, una economista y trabajadora social que vivió la experiencia de tener un niño con parálisis cerebral y que 31 años después de su parto es una madre orgullosa de la superación de su hijo Sergio.
Para esta mujer, que no ha dejado de trabajar y recorrer el mundo con ONG colombianas y extranjeras, la discriminación hacia las personas con parálisis cerebral ‘siempre está presente, pero las familias aprendimos a vivir con ella’.
En entrevista con Notimex, Gómez aseveró que a su juicio ‘la solidaridad es decisiva en la suerte que le espera a la persona con parálisis cerebral, pues según la familia que tenga esa persona puede ser apoyado o relegado’.
En base a su experiencia, ella aconseja a las madres que tienen hijos con parálisis cerebral que los vean ‘como personas que tienen grandes posibilidades en la vida, no deben restringir sus opciones y deben enseñarles a ser autónomos’.
‘Sergio nació el 18 de marzo de 1981, pero no me enteré de su diagnóstico hasta que él tenía ocho meses y no tenía un comportamiento motor adecuado. El médico me dio la noticia abruptamente: su hijo puede ser un vegetal’, dijo Gómez.
Mientras se toma con sus manos parte de su cabello rizado, su mente se regresa al día que tuvo la cita con el médico y recordó que ‘sentí un profundo dolor. No lloré frente al médico, pero salí y me senté en la acera a llorar hasta que mi familia fue a recogerme’.
‘Toda mi familia me rodeó con apoyo y empezamos a llevar a Sergio a diferentes médicos para confirmar el diagnóstico. Fue una etapa de muchos médicos y con el pasar de los días comprendimos que había muchas incertidumbres’, comentó.
Indicó que ‘un par de años después supimos que se trataba de una parálisis cerebral de tipo espástico y que, al nacer, se le había lesionado una parte del cerebro por falta de oxígeno en el parto, derivado de un periodo expulsivo prolongado’.
‘Lo más duro fue aceptar la diferencia que implica el tener un hijo en condiciones diferentes. La rehabilitación duró de forma intensa hasta los 13 o 14 años y ahí se hizo un proceso menos exigente, pues como familia y el mismo estábamos cansados’, aseveró.
Señaló que ‘los Halloween fueron duros. La gente le daba muchos dulces y él era feliz, pero yo sentía que en el darle más a él que a otros había un nivel de discriminación’.
Recordó que también le partían el corazón los días que acompañaba a Sergio a las pruebas de coeficiente intelectual, ‘donde él salía mal, pero yo sabía que él era inteligente’.
En esa época de médicos, exámenes y pruebas, Gómez no dejaba de soñar que su hijo fuera bachiller y profesional, pero no faltaba el familiar pesimista, entre ellos una de sus cuñadas que le dijo que Sergio ‘nunca será profesional’.
Ese día fue muy triste para ella, ‘pero ahora no, porque él no solo es bachiller, sino también abogado y yo me esforcé para que esto pasara. Los momentos más felices fueron cuando se graduó de bachiller y abogado’.
Además, él construyó una familia con su compañera, también discapacitada, por lo que los amores de esta mujer ahora son Sergio, su esposa y su nieto, protagonistas de una historia de superación donde el amor se impuso a la discriminación.

Fuente Yucatam.com.mx